
Cuentan de un sabio, que un dia
tan pobre y mísero estaba,
que solo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.
Quejoso de la fortuna
yo en este mundo vivía
y cuando entre mí decía:
¿Habrá otra persona alguna
de suerte más inoportuna?
piadoso me has respondido,
pues volviendo en mi sentido
hallo que las penas mias
para hacerlas tú alegrías
las hubieras recogido.
Caderón de la Barca (La Vida es Sueño)