viernes, 25 de julio de 2014

lunes, 21 de julio de 2014

La travesura de los duendes



Hace muchos miles de años, un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendes para hacer una travesura.
Uno de ellos dijo:
...
- Pronto serán creados los humanos, serán una perfecta obra divina, deberíamos quitarles algo, pero… ¿qué?
Después de mucho pensar uno dijo:
- ¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser en dónde esconderla para que no la puedan encontrar.
Propuso el primero:
- Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo!.
A lo que inmediatamente repuso otro:
- No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está.
Luego propuso otro:
- Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar!
Y otro contestó:
- No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará.
Uno más intervino y dijo:
- Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
Y le dijeron:
- No, recuerda que les han dado inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que puedan viajar a otros planetas y la van a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad.
El último de ellos era un duende que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás duendes.
Analizó cada una de ellas y entonces dijo:
- Creo saber dónde ponerla para que realmente les cueste muchísimo trabajo encontrarla…
Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:
- ¿Dónde?
El duende respondió:
- La esconderemos dentro de ellos mismos… estarán tan ocupados buscándola fuera, que algunos nunca llegarán a encontrarla…
Todos estuvieron de acuerdo y, desde entonces, ha sido siempre así:
“El hombre se pasa la vida buscando la felicidad, sin saber que la trae consigo”

lunes, 7 de julio de 2014

 
 
Un hombre se acercó a un anciano y le dijo así:
“Me han dicho que tú eres sabio… Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no están al alcance de las demás personas.”
El anciano le contestó: “Cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.”
“Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio”, le contestó el hombre, sorprendido.
“Yo no lo creo así”, le replicó el anciano. “Pues cuando duermes, recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que puedes tener al levantarte. Cuando comes, estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar.”
El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada instante del milagro de la vida.
Anthony de Mello

jueves, 3 de julio de 2014


No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Pablo Neruda