
Este fin de semana vi “Invictus”. Había leído el libro en el que se basa, “ El factor Humano” del inglés John Carlin, y me había encantado, y por fin me decidí a ver la película, dirigida por Clint Eastwood, que dejó en mi un agradable sabor de boca.
Cuenta los primeros años vividos en Sudáfrica tras la abolición del Apartheid. Tras ser liberado de prisión en 1990, Nelson Mandela (Morgan Freeman) logra llegar a la presidencia del país, y desde este puesto lucha por construir una política de reconciliación entre la mayoría negra, oprimida en el Apartheid, y la minoría blanca, que se muestra temerosa de un revanchismo del nuevo gobierno.
Para ello Mandela, fija su atención en el equipo de rugby “los Springboks”, y junto con el capitán François Pienaar ( Matt Damon) se empeñan en una cruzada por cambiar la mentalidad del pueblo sudafricano y orientarla hacia la unidad nacional.
Me parece una manera sencilla y entrañable de contar la historia, emotiva de principio a fin, de gran sensibilidad humana. Morgan Freeman, una vez más hace un papelón , este hombre, si no existiera, habría que inventarlo...
Uno de los momentos más emotivos para mi, es cuando visitando la celda en la que estuvo preso Mandela durante 27 años ( la número 4664) recitan el poema de William Ernest Henley “Invictus”. Es un poema que os dejo y os recomiendo leáis en los momentos “bajos”, lo único que se me ocurre decir sobre él es: IMPRESIONANTE.
En la noche que me envuelve
negra como un pozo insondable
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado
ante las puñaladas de azar
si bien he sangrado
jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror
no obstante la amenaza de los años
me ha hallado
y me hallará sin temor.
Ya no importa cuan recto haya sido el camino
ni cuantos castigos lleve a la espalda
soy el amo de mi destino
SOY EL CAPITAN DE MI ALMA